Vicente Verdú escriu avui en El País una article que com a mínim podem dir que recull la impressió que causen les galeries d’art entre el públic, jo a vegades crec que es pot substituir la paraula “art contemporani” per “poesia” o “hoquei sobre gel”… coses que només interessen a una minoria.
“En la galería Orfila (fuera del prestigioso grupo galerista del Consorcio) expone un pintor, Martín Viveros, sin fama pero no sin talento, cuyas obras de “expresionismo abstracto” tienen fijados unos precios entre los 400 y los 1.200 euros. Diez metros más abajo, sin embargo, en la Marlborough los cuadros de David Rodríguez Caballero, cuya máxima característica consiste en pegar tiritas de vinilo sobre superficies de fieltro o papel vegetal, cuestan más de 12.000 euros. ¿Por qué? La pregunta, se dirá, es impertinente refiriéndose al arte. Pero la estupidez también.” [tot l’article]