En la personalidad de Claude Collet nos encontramos con una artista bien poco inclinada a la frivolidad, a las iridiscencias, a las blanduras y fugacidades, apasionada y seria. En su obra se dan asuntos religiosos, figuras, paisajes, flores y bodegones. En los primeros, el talento despliega una capacidad de invención compositiva verdaderamente notable. Con un mínimo de referenciaüdad exacta, pero con un gran instinto de la masa, ensambla y transforma sus elementos, a los cuales aplica coloraciones decididas y a menudo muy poco exactas, pero siempre expresivas. En los otros, particularmente sus temas de azoteas y casas, la pintora interroga sus objetos con un acuciante interés por su esenclalidad estricta, equilibrando sus planos en angulosidades aplomadas, con absoluta abstención de habilidades y argucias, obteniendo por su limitación cromática y por su trazo imperioso y dúctil una admirable condición plástica.
Això deia el crític d’art Juan Cortés en La Vanguardia el 10 de maig de 1957 [aquí], a propòsit de la primera mostra individual de Claude Collet. Per cert: fantàstica la iniciativa de La Vanguardia digitalitzant el seu fons històric, consultable per internet de forma gratuïta. Crec que 63 anys després el comentari de Cortés continua plenament vigent. Les obres han estat ben seleccionades i ens donen una imatge molt completa del seu treball.
[fins el 7 de novembre de 2010 al MAMT]
