Fa 25 anys –aquests dies– que a Ginebra va morir J. L. Borges. Gloria Galli ha estudiat amb detall la relació de JLB amb Itàlia, i la d’Itàlia amb JBJ. També ho ha fet Ana Teresa di Serio, en el seu treball Borges en Itàlia – Itàlia en Borges.
La primera vegada que Borges va visitar Itàlia tenia 16 anys. «En Venecia su madre, Leonor, se compró un vaso de cristal tallado de color rojizo, perteneciente a la cristalería que en Murano elaboraba para los reyes de Italia. Como el vaso tenía un pequeño defecto fue desechado del servicio del rey y puesto a la venta para aquellos a quienes esa pequeña falla no les haría perder el sueño y para no darle pérdida a los fabricantes. A lo largo de toda su vida Leonor conservó el vaso, la mayoría de las veces con flores frescas. Cuando el 8 de julio de 1975, a los noventa y nueve años murió, el vaso quedó en su mesa de noche pero no por mucho tiempo; unas semanas después, espontáneamente, se partió en dos, solidario con el destino de su dueña. En Verona, en el anfiteatro, en las arenas donde hoy se cantan óperas, Georgie fue algo así como un precursor: en voz alta y estremecedora recitó los versos gauchescos de Ascasubi ante su familia –que, acostumbrada a sus recitales, no lo oía- y los gatos famélicos que, distraídos de su ocio por esa voz extranjera, esperaban ver premiada su atención con algún bocado suculento» [María Esther Vázquez, Borges, Esplendor y derrota, Barcelona – Tusquet, 1996.]