“El crítico era y es un orientador del gusto que vendía su propia necesidad, que se autolegitimaba como un guru indispensable, situado por encima del paladar común. La divulgación del saber, la socialización del patrimonio, han relativizado el papel del crítico en todos los territorios de la creatividad. Pero donde el ejercicio crítico de la cultura sigue al parecer ejerciendo de intermediario indispensable es en el territorio de la gastronomía, tal vez porque el saber gastronómico se ha masificado más tardíamente que el literario o el artístico, tal vez porque en gastronomía es casi imposible la buena obra reproducida en serie y en cambio la reproducción en serie ha afectado ya a las artes plásticas, divulgando códigos y goces que en un inmediato pasado sólo estaban al alcance de los coleccionistas y los sibaritas. Todavía a comienzos de este siglo buena parte de la convulsión reformadora de las artes fue posible porque ricos coleccionistas abrían sus salones a los artistas prometedores, antes de convertir en trofeos en piezas socializadas de museo. Ni la industria conservera ni la de la congelación han conseguido crear una cocina de calidad masificada y tal vez por eso el gourmet puede seguir investido de su sacerdocio. (…) El gourmet ha creado mitos gastronómicos, deificado cocinas nacionales, introduciendo modas que a veces se convierten en hábitos no replanteados y fomentado, tal vez en su aportación, más positiva, una curiosidad del paladar, tan necesaria como la curiosidad de la retina que ha hecho posible que el mismo ojo degustador de Goya pueda degustar un Bacon o un Henry Moore. Dado que el rito gastronómico se basa en el fuego, conserva, como la cerámica, algún parentesco con la magia y la imprevisibilidad del resultado, aunque se produzca a partir de ingredientes fijos y programados: dos bacalaos al pilpil jamás son exactamente iguales entre sí. (Manuel Vázquez Montalván, Contra los gourmets)” [tot l’article]
Avui començo aquest post tan gastronòmic amb una cita molt apropiada de Vázquez Montalván, que parla de cuina, art i curiositat. Si teniu temps passeu pel Palau Robert on els seus amics li han organitzat una exposició d’homenatge. Es pot visitar fins el 16 de març del 2008.
Divendres sopar amb amics, a alguns dels quals feia molt de temps que no veia. MCF arriba de Madrid en el famós AVE, altres tot el dia per Barcelona, la resta dispersos pel Camp de Tarragona. Un bon moment per xerrar davant un plat de menjar.
Dissabte (ahir) boda casament. Trobada amb un altre munt d’amics. Jo diria que els casaments del segle XXI presenten algunes novetats: els convidats sorprenen als nuvis amb regals divertits (o excèntrics) i els nuvis sorprenen als convidats amb nouvelle cuisine i tota mena d’actuacions.